Cuando
se diseñó en el 2008 el Programa
de Transformación Productiva ("PTP") en el Ministerio de Comercio,
Industria y Turismo se consensuó con los sectores productivos interesados en
participar que el PTP no sería ni el diseño de una política industrial de
sectores ganadores al estilo de los años 50 o 60, ni la selección arbitraria de
sectores de acuerdo con intereses individuales.
Tampoco
sería un programa para la entrega de subsidios a sectores participantes; ni
serviría para restringir la competencia externa en los sectores seleccionados vía
aranceles o impuestos.
Así,
el sector privado aceptó trabajar en alianza público privada con esta "regla
de oro": la competitividad no se buscaría artificialmente con:
devaluación; aranceles proteccionistas; o subsidios.
Admitieron
que las condiciones para competir en 2008 con relación a las que se tenían quince años
atrás habían cambiado: el país se había encarecido, la moneda se había
revaluado, y los colombianos ganaban más dinero, gracias a la mejora en
seguridad y confianza país.
Iniciado el programa, su
transformación productiva se impulsó trabajando en alianza público privada y enfocados
en ejes transversales como la educación pertinente al sector productivo, las reglas
de juego estables y adecuadas, la infraestructura productiva o la innovación.
Por
eso cinco (5) años después, y luego de incorporar el PTP en el Plan Nacional de
Desarrollo 2010-2014 y de entregarle su administración a Bancóldex, pasos que
se aplaudieron en su momento, el Gobierno Santos ahora presionado por la
coyuntura económica y por intereses electorales, le arrebata los criterios de legitimidad al PTP.
El
pasado 22 de enero, en un desafortunado discurso en
la inauguración de la XXV Colombiatex de las Américas, el propio Presidente
de la República sepultó de tajo los criterios de legitimidad que sostenían el PTP.
Violó
la "regla de oro" otorgando a un solo sector del PTP, el Sistema Moda,
lo que los demás sectores participantes sabían que no se lograba con el programa:
aranceles proteccionistas para restringir la competencia legal.
Le
abrió un boquete tal que ahora el PTP se convierte en todo lo que en 2008 se
dijo que no sería.
Un día después de la inauguración de
Colombiatex, mediante el Decreto 074 de
2013, el Gobierno nacional estableció un arancel proteccionista para el
sector confecciones y calzado.
No fue un arancel para atacar ventas a
precios deslealmente bajos porque para eso se surte una investigación
para aplicar derechos antidumping (Decreto
2550 del 15 de julio de 2010). El arancel fue proteccionismo puro y clásico solo para un sector del PTP.
Ahora, los otros sectores del PTP,
tanto manufactureros
como agroindustriales,
podrán ejercer en adelante su derecho a pedir aranceles proteccionistas o mejor
aún nuevos subsidios.
Para completar este triste final de la legitimidad del PTP se debe destacar que las medidas proteccionistas
se anunciaron sin definición técnica o, peor, sin apego total a la verdad.
Estas son las dos perlas del discurso
del Presidente en el XXV Colombiatex del pasado 22 de enero:
(a) Santos dijo frente al arancel
específico para las confecciones y el calzado que: "Hemos tomado la decisión que sea 4 dólares por kilo". Al día siguiente, el arancel subió por arte de
magia un dólar más, se fijó en 5 dólares por kilo.
(b) Y cerró el Presidente diciendo que
"esta medida la vamos a tomar por un
periodo de 6 meses, mientras terminamos el estudio que estamos ya elaborando
para tomar unas medidas antidumping más permanentes." Al día
siguiente, la medida quedó vigente por un (1) año.
Para redondear este desfortunado episodio de nuestra transformación productiva se debe evidenciar que el Gobierno tampoco será tímido ni
para pedirle al Banco de La República devaluación de la moneda para irrigar
competitividad por diferencia en cambio; ni para usar el presupuesto nacional
2013 para paliar, vía jugosos subsidios, la crisis por la que atraviesa la
agricultura colombiana.
En fila ya esperan los próximos
subsidios los productores de café - ya
han recibido en los últimos 29 meses de Gobierno casi 800 mil millones de pesos
-, cacao, arroz, algodón, maíz y leche, para contar solo los que bien presionan.
Así, los subsidios empezarán a llegar
a los sectores agro del PTP, primero al sector lácteo cuya protección
arancelaria ya se edifica, y luego al sector cacao.
Los gremios agrícolas e industriales
del PTP, ya saben que no deben bajar la presión, ni las protestas,
para asegurar y respaldar subsidios o la protección arancelaria del Gobierno
Nacional, algo que siempre estuvo descartado de plano en todos los planes de negocio
sectoriales.
Lo que era el PTP, ya no lo es. Adiós a
sus criterios de legitimidad. Colombia revisita un modelo de proteccionismo y subsidio
selectivo que ya sabemos no transformará como toca nuestro aparato productivo. ¿Y
todos tan tranquilos?
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