sábado, 6 de abril de 2013

La agenda de competitividad, un gran popurrí


Desde el 2006 Colombia cuenta con una arquitectura institucional para abordar su agenda de competitividad bajo un Sistema Nacional de Competitividad, hoy rotulado bajo el nombre de Sistema Nacional de Competitividad e Innovación (SNCeI).

Como consta en el acta de la última Comisión Nacional de Competitividad del 27 de mayo de 2010, la agenda nacional que se consolidó entonces para mejorar su competitividad estaba diseñada y escrita, en lo regional, en 32 Planes Regionales de Competitividad (PRC) de cada departamento y, en lo sectorial en los "Planes de Negocio", unas hojas de ruta, de los sectores nacionales del Programa de Transformación Productiva (PTP), que para ese entonces eran ocho.

El anterior diseño respondía al convencimiento de política pública que la competitividad, tejida en alianza público privada, era ante todo regional; y que Colombia no podía seguir aspirando a ser competitiva en todo, sino que debía enfocarse en sectores emergentes o establecidos que pudiesen consolidarse como sectores con oferta exportable de clase mundial para generar empleo y disminuir pobreza.

Incorporación de los avances a la ley del Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014.

Buscando hacer más efectiva la implementación en alianza público privada de los Planes Regionales de Competitividad de los 32 departamentos, el artículo 33 definió que "las Comisiones Regionales de Competitividad coordinarán y articularán al interior de cada departamento la implementación de las políticas de desarrollo productivo, de competitividad y productividad, de fortalecimiento de la micro, pequeña y mediana empresa, y de fomento de la cultura para el emprendimiento a través de las demás instancias regionales tales como Consejos Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CODECYT), Comités Universidad-Estado-Empresa, Comités de Biodiversidad, Redes Regionales de Emprendimiento, Consejos Regionales de PYME, Consejos Ambientales Regionales, Comités de Seguimiento a los Convenios de Competitividad e Instancias Regionales promovidas por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural."

A su vez, para la eficiente ejecución de los "Planes de Negocio", el Programa de Transformación Productiva fue ahijado por Bancoldex, gracias a su vocación de banco de desarrollo empresarial. Por mandato del Artículo 50 de la ley del Plan, se estableció que "El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo destinará recursos para el Programa de Transformación Productiva el cual, mediante un mecanismo de manejo separado de cuentas que para todos sus efectos se asimile a un patrimonio autónomo, será administrado por el Banco de Comercio Exterior S.A. – Bancoldex en una cuenta de orden. El programa tendrá por objeto la implementación de la política y planes de negocios público-privados para el desarrollo de sectores estratégicos para el país."

Con la entrada en vigencia de la ley en julio de 2011, quedaba finalmente un lineamiento claro para los empresarios, la academia y el sector público, a nivel nacional y regional, que los "Planes Regionales de Competitividad" y "los Planes de Negocio" de los sectores del Programa de Transformación Productiva, constituían la agenda de la competitividad a implementar.

Como es entendible, el traslado del PTP del Ministerio de Comercio a Bancoldex, con todo sus implicaciones administrativas, presupuestales y físicas, hizo que la implementación público-privada de los planes de negocio de los sectores se desacelerara; y por el otro lado, mientras que se definía el diseño de cómo articular normativamente la locomotora de la innovación al Sistema Nacional de Competitividad, se adormeció la dinámica y la articulación nacional-regional de los actores públicos y privados en el seno de las Comisiones Regionales de Competitividad.

Eso provocó que hasta julio de 2012 se tomaran dos acciones para revitalizar la competitividad después de un año de evidente letargo:

(i) la expedición del Decreto 1500 del 13 de julio de 2012, por medio del cual se dictaron medidas para la organización, articulación y funcionamiento del Sistema Administrativo Nacional de Competitividad e Innovación, lo cual ha provocado que desde entonces a hoy los departamentos, en lugar de concentrarse en la ejecución priorizada y focalizada de sus Planes de Competitividad Regional, se hayan dedicado a dar cumplimiento a la adecuación de las estructuras organizacionales de sus comisiones regionales de competitividad a los cambios normativos requeridos por dicha norma; y,

(ii) el lanzamiento el 17 de julio de lo que se denominó "La Agenda Nacional de Competitividad", otro nuevo plan de vuelo con más de 100 acciones concretas de corto, mediano y largo plazo que debía permitir acelerar la productividad del país e impulsar el crecimiento sostenido por encima del 6%. Hasta hoy no se ha rendido cuentas del avance de esta nueva agenda de competitividad, y solo sabemos que el crecimiento 2012 bajó al 4% y la agricultura y la manufactura hicieron crisis.

Los nuevas agendas de choque en competitividad del 2013

A la agenda de los "Planes Regionales de Competitividad", de los "Planes de Negocio" de los sectores del PTP, y a la mencionada "Agenda Nacional de Competitividad de 2012", se le suman ahora dos nuevas "agendas de choque" para la competitividad en el corto y el mediano plazo. Una ya consolidada y la otra en construcción y próxima a su lanzamiento. Son ellas:

a) La "Agenda de Competitividad via subsidios y proteccionismo". Algunos sectores del agro y otros de la industria lograron a principios de 2013 por vía de la presión gremial o mediante paros, imponer una agenda de competitividad artificial vía aranceles proteccionistas (sector confecciones y calzado) o de jugosos subsidios para la agricultura. Esta agenda del subsidio, con cargo a recursos del presupuesto nacional, sí que tendrá seguimiento y vigilancia por sus beneficiados para su efectiva implementación; y,

b) La "Agenda para el Salto en Competitividad de la ANDI". Este gremio, de forma civilizada y juiciosa, recogió 9 acciones urgentes que le propone al Gobierno para que se adelanten en el corto y mediano plazo para que la industria colombiana agregue valor social y productivo a la economía del país.

Esta hoja de ruta es ahora uno de los más importantes insumos para la que se cree será otra nueva Agenda de Competitividad, que sería lanzada por el Presidente de la República el próximo 15 de abril, ahora con un enfoque sectorial -dirigida a la manufactura y el agro, pero con aparente exclusión del sector más importante en generación rápida de empleo formal, el de servicios-, y con miras a que sus iniciativas sean de mitigación en el corto plazo de las dificultades que atraviesa el sector productivo.

En conclusión, hoy Colombia tiene un popurrí de Agendas para la Competitividad, tanto en el ámbito nacional como regional.

Conviene que el Gobierno le aclare este mes a todas las fuerzas productivas del país, al sector público nacional y regional y a la academia, cuál es la ÚNICA agenda de competitividad, sus componentes, sus prioridades, su alcance, su cobertura, sus medidas, su temporalidad y la institucionalidad que se usará para que su implementación sea real, eficiente y se le pueda hacer seguimiento.

De no hacerlo, en lugar de dar un verdadero salto en competitividad, lo podríamos dar al vacío.