miércoles, 22 de mayo de 2013

Debemos aplicar pragmatismo a la Alianza del Pacífico


Para que la Alianza del Pacífico (AP) no sea un asunto de mero discurso público en los próximos 5 años, sino que favorezca realmente al tejido empresarial, Colombia debe aplicarle pragmatismo a la AP para lograr su mejor aprovechamiento. Tenemos que consolidar los procesos e iniciativas negociadoras de integración entre los fundadores, antes de expandir su membresía a terceros países. La tentación será siempre crecerla antes de consolidarla.  
Al ser también un gran TLC convergente entre los 4 países que ya tienen acuerdos comerciales vigentes entre sí, la prioridad institucional, pública y privada de Colombia debe ser buscar acciones concretas y prácticas de profundización económica con Chile, México y Perú en todos los niveles.
Así, los gremios de la producción, las agencias de promoción de comercio e inversión, el sistema cameral, la academia, las empresas privadas, para nombrar solo algunos agentes, deben meter ya dentro de su agenda institucional la integración con sus pares en los países de la AP, tal como ya lo hicieron las bolsas de valores.
Como Colombia, a diferencia de sus aliados, seguirá por unos años más sin ser admitido en APEC; sin ser parte del TLC más importante del Asia Pacífico, el Transpacific Partnership Agreement (TPP); y, sin tener suficientes TLC en vigor con Asia, la promoción colombiana de la AP para atraer más inversión y comercio debe hacerse en el corto plazo en los países del Atlántico -Canadá, EE. UU. y UE- y, más adelante con los del Asia Pacífico.

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