Colombia terminó el siglo XX como una economía preponderamente cerrada, con pocos vínculos con los mercados internacionales. A partir del año 2002, el país desplegó una agresiva estrategia deinserción en la economía global. El objetivo fue maximizar, entre otros, los beneficios de un acceso preferencial, estable y de largo plazo a los grandes mercados del mundo; atraer más inversiones y lograr un apropiado aprovechamiento de los factores productivos.
Lo anterior fue pieza fundamental para alcanzar el mayor desarrollo económico - más confianza inversionista - y una cohesión social apalancada en empleos de calidad y reducción de pobreza.
Sorprendía que en el 2002 Colombia solamente había logrado consolidar pocos acuerdos comerciales. Los tenía con la Comunidad Andina y México; y bajo el marco de la ALADI, preferencias arancelarias parciales con el resto de de países de América del Sur. Era tímida la dimensión de nuestra internacionalización.
El gobierno Uribe centró su trabajo en ampliar en número y profundidad los acuerdos comerciales (TLC) con los principales y más relevantes socios comerciales, de la mano con los acuerdos de protección y promoción de inversiones y los de desmonte de la doble tributación. Todos eran instrumentos y señales de alta visibilidad para generar y consolidar confianza inversionista en Colombia.
Uribe lideró un proceso de internacionalización de la economía cuyos principales objetivos fueron la diversificación de mercados y de exportaciones para ampliar y consolidar procesos de inversión y de empleo. Paralelamente construyó el andamiaje de la competitividad bajo un sistema cuya institucionalidad fue consolidando y reconocida internacionalmente; y la transformación productiva de distintos sectores de bienes y servicios, en un programa que se convirtió en política de estado y que hoy se anida como programa de desarrollo en Bancoldex.
El Presidente Uribe le entregó a su sucesor en 2010 nada menos que nueve (9) tratados (vigentes o con negociación cerrada) -CAN, México, Chile, Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), Triángulo Norte de Centro America (Guatemala, El Salvador y Honduras), Estados Unidos, Canadá, Asociación Europea de Libre Comercio y la Unión Europea - y dos (2) en negociación -Corea y Panamá-, para un total de 47 países con acceso preferencial.
En otras palabras, salvo los tratados de Turquía e Israel, hoy en negociación, que son de la iniciativa exclusiva del gobierno Santos, todos los demás acuerdos comerciales que hoy le dan tanta visibilidad a Colombia, que incluyen los de Suiza (vigente desde 1 julio 2011), Unión Europea (firmado el 26 junio 2012), Estados Unidos (vigente desde 15 mayo 2012) y Canadá (vigente desde el 15 de agosto de 2011), fueron cerrados o iniciadas sus negociaciones durante el Gobierno Uribe.
Enhorabuena, la foto de la entrada en vigor de los más importantes tratados comerciales de Colombia le ha tocado a Santos, mientras que el trabajo de inicio o cierre de todas las negociaciones comerciales que tiene Colombia hoy, salvo con Turquía e Israel, fue del Gobierno Uribe.
Como con la seguridad, la internacionalización de Colombia vía acuerdos comerciales le llegó a Santos con una inercia, cobertura y tal número de TLC, que le han permitido que hoy los colombianos perciban que la internacionalización e integración comercial del país es algo destacable.
En la era Santos es cierto que entró en vigencia el TLC con Estados Unidos después de 5 años de espera y que le tocó la firma y el proceso interno de aprobación del TLC con la Unión Europea. Estos momentos de trámite, de acuerdos concluidos en la era Uribe, se agilizan más que por destreza diplomática, por la inmensa necesidad de estos socios, que en desaceleración profunda de sus economías y su necesidad de engancharse con una economía latina y emergente, necesitan acceso a nuevos mercados para reactivarse.
El 4 de abril de 2011 se refrescó la agenda Santos de negociaciones comerciales de Colombia en una sesión del Consejo Superior de Comercio Exterior (CSCE) y se renovó la lista, en orden de conveniencia, de los 20 países con los que se recomendaba hacer negociaciones comerciales. Se excluyeron de la lista a Corea y Turquia por tratarse de procesos que ya se haían iniciado. Ver Acta
De esa lista, a julio de 2012, el Gobierno Santos solo ha iniciado negociaciones comerciales con Israel, en el lugar No 6. Con todos los demás 19 países se está ya sea a nivel de estudios, de anuncios o tratativas, o simplemente no se ha hecho nada. El próximo país escogido de la lista para iniciar negociaciones será el número 12, Costa Rica.
En cuanto a la estrategia con el Asia Pacífico, es cierto que el gobierno Santos concluyó la negociación del TLC con Corea, iniciada en el gobierno Uribe. Es un paso importante. Pero si miramos qué hay detrás de los titulares de prensa de lo que adicionalmente se ha hecho en este frente, encontramos:
- Con Japón y China, puestos 2 y 5 de la lista de paises prioritarios de la agenda comercial del CSCE, se adelantan estudios bilaterales de factibilidad para la negociación de un TLC.
Con Japón se inició hace más de un año, pero su reporte definitivo aún no se conoce. Este TLC no estará vigente por el tiempo que toma un proceso negociador antes de 2014.
Con China, también se inició un proceso idéntico de estudio luego de firmarse un memorando el pasado 9 de mayo. El estudio estaba planeado para un año, pero cumplidos ya dos meses luego de la visita, aún no se inicia. Así las cosas, por la lentitud con la que avanza el proceso y ante la complejidad y el seguro debate nacional frente a la negociación de un TLC con China, es claro que tampoco habrá un TLC vigente con este socio antes de 2014.
- Se puso en marcha la Alianza del Pacífico, con México Chile y Perú, lo que es el más importante proceso de integración regional, por fuera de las estructuras y planes del ALBA. Pero qué tanto servirá a Colombia para integrarse al Pacífico está por verse.
Basta con señalar que todos los socios de la alianza, salvo Colombia, son economías miembro de un club de integración económica denominado APEC y, además, son parte de las negociaciones del TLC pluripartito más importante del Asia Pacífico denominado Trans-Pacific Partnership. Como vienen las gestiones y las coyunturas, puedo anticipar que Colombia tampoco será miembro pleno de APEC ni parte del TPP antes de 2014, pero siempre se podrá decir que ahí queda la Alianza, ojalá aprobada por nuestro Congreso, para empujar nuestras membresías.
- Si a Turquía se le mete en el paquete de la estrategia con el Asia Pacifico, sin ser del Pacífico, solo quiero destacar que esta negociación, que se inició en marzo de 2011, no respondió a una recomendación de conveniencia del Consejo Superior de Comercio Exterior sino al interés del Presidente Santos, acompañado luego por su Gobierno, de iniciar negociaciones comerciales con la T de una sigla: CIVETS. Será siempre un recuerdo histórico de que pesan más los acrónimos de las revistas, que los estudios y recomendaciones institucionales para iniciar una negociación comercial, acuerdo que, agrego, tampoco entrará en vigor antes de 2014.
Y con Venezuela, luego del retiro de la CAN en 2006 y de relanzarse una nueva relación sui generis, sin pago total de las deudas a nuestros exportadores, se han suscrito un sinnúmero de memorandos de entendimiento aprovechando la visibilidad de las Cumbres bilaterales y se ha negociado un Acuerdo de Alcance Parcial- bajo reglas Aladi-, que esperamos sirvan para amainar la desconfianza e incertidumbre de los empresarios en cuál es realmente el marco legal aplicable, si es que lo hay, para el comercio y la inversión con esa nación, que hoy apuesta más al Mercosur que a sus socios andinos.
En el inmediato futuro, el Gobierno seguirá haciendo anuncios de que tiene interés en negociar más acuerdos comericiales con países como Australia, Rusia, Sudáfrica y Kenia -que no está en la lista del CSCE- en Africa, República Dominicana o Caricom (que agrupa a varias islas del Caribe), esfuerzos que deben continuarse como lo indica la agenda del CSCE.
Pero no queda duda que el foco del ejecutivo para lo que queda de gobierno debería centrarse más en el aprovechamiento de los acuerdos existentes y en vigor, que en la negociación de unos nuevos. Para eso ya hay zar e instituciones nuevas y viejas.
El aprovechamiento de los acuerdos debe ser la gran fuerza impulsora de la acción gubernamental, del sector privado con sus gremios, y la academia en lo que queda de gobierno.
Cada vez más toma más fuerza el desarrollo económico empresarial y sectorial del país. Acciones como recuperar y reactivar el sistema nacional de competitividad, construir la infraestructura, mejorar la logística, dinamizar la transformación productiva, incentivar el emprendimiento de alto impacto, atraer más inversión con responsabilidad social, promover la formalidad y destrabar la locomotora de la innovación, son apenas unos ejes fundamentales y prioritarios de lo que implica ponerse efectivamente en Modo-Aprovechamiento de los TLC que Colombia ya tiene.
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